Con el solsticio de verano, despedimos las hermosas floraciones de la primavera para dar comienzo a la etapa estival, así damos la bienvenida a una etapa de plenitud donde culmina la enorme actividad que se ha desarrollado meses antes, fructificando y consolidándose proyectos que se han gestado con anterioridad.

Es una estación en la que es muy importante conocer y escuchar las necesidades del cuerpo, si en la etapa anterior hemos derrochado energía, hemos movilizado muchas emociones… ahora debemos comedir nuestras fuerzas, dedicar tiempo al autocuidado e integrar lo que hemos construido, para transitar estos próximos meses en equilibrio, con bienestar y placer…
Ya decía Heráclito que «Todo cambia, nada permanece»… Las aves regresan al anochecer a sus dormideros, unas ya han emprendido sus viajes a otros países con temperaturas más frías, otras, las que se quedan en esta época, ya están concluyendo su ciclo de reproducción para entrar en la plenitud del verano, cuidar de las crías y descansar para reponer fuerzas y así transitar a otra etapa…

Ya no veremos más las amapolas y otras flores primaverales hasta la próxima primavera que, con su majestuoso silencio, nos recordarán lo efímera que es la vida… Es maravilloso observar la ciclicidad de la naturaleza, su armonía, su equilibrio, su perfección. Como dice la gran Frida Kahlo: Viva la Vida. 😊😍🌈💜☀️❣️🌍🌱🌞🌝