
Este loto, que fotografié recientemente, se abre durante el día, en las horas más soleadas, para cerrarse durante el atardecer y la noche, este es su Ciclo… Podemos visualizar nuestro cérvix como esta flor que se abre… Cuando nuestro cuerpo está sano y nuestra mente se siente en calma, realiza sus funciones a la perfección, se cierra y se abre cuando así lo necesita.
No me canso de repetir que la menstruación no debe doler y si hay dolor, algo va mal y se debe investigar qué sucede y una vez que sepamos el origen, trabajar para sanarlo y prevenirlo en futuros ciclos… y lo digo porque es un mito muy arraigado en nuestra cultura, incluso en el mundo de la medicina. Se normaliza el dolor porque, lamentablemente, es frecuente, pero no es normal.
Si la menstruación cursa con dolor, se debe descartar la dismenorrea secundaria, donde el dolor es un síntoma y consecuencia de una enfermedad o patología subyacente (endometriosis, adenomiosis, quistes,…). Estas patologías precisan tratamiento y también pueden mejorar con algunos remedios, así como con algunos cambios en alimentación, hábitos saludables y ayuda psicológica.
Si se ha logrado descartar con pruebas médicas esta opción, entonces, probablemente estaremos ante una dismenorrea primaria, en este caso, son muchas las cosas que podemos hacer, de forma holística, para mejorar y prevenir el dolor, pero también debemos saber que, a veces, el dolor no se va a ir durante el primer ciclo de tratamiento, ya que restaurar el funcionamiento adecuado del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA) puede llevar un tiempo y depende de cada caso en particular.

Algunas pistas para saber si se trata de una dismenorrea primaria o secundaria:
- Si la menstruación es excesivamente dolorosa dificultando el desempeño habitual o, incluso, causando baja laboral.
- El dolor no disminuye con calmantes (ibuprofeno).
- La intensidad del dolor no disminuye en el plazo máximo de 7 horas.
- Sucede así en todos tus ciclos con la misma intensidad.
Si el dolor cursa con estos 4 supuestos es mejor consultar con especialistas en ginecología ya que se puede tratar de una dismenorrea secundaria donde puede haber más factores implicados o responder a una patología que precisa un tratamiento médico.
Cuando trabajo en consulta con mujeres que sufren dismenorrea, lo primero que les hago saber es que esto es una carrera de fondo, que se trata de hacer cambios a nivel holístico, en todos los aspectos integrales de nuestra vida y que todo este esfuerzo les va a ayudar a prevenir el dolor y, así, lograr tener unos ciclos menstruales saludables y gozosos. Como Psicóloga, conozco en profundidad el mecanismo del dolor en nuestro cuerpo y cómo se conecta con la mente, por lo tanto, gran parte del trabajo terapéutico va a ir dirigido a sanar heridas y a reconciliarse con el cuerpo.

Cuando no es posible evitar una menstruación dolorosa debemos prestar atención y tratar de relajar la zona del dolor, en una postura cómoda nunca contraída, sino abierta, sin ropa ajustada, focalizando y visualizando este loto que se abre…, realizando ejercicios o masajes… Recuerda que es la forma en que tu cuerpo te pide que te centres en tí misma…
- También debemos pensar que el dolor durará un rato, así que cesará en 2, 5 o 7 horas.
- Debemos recordar que el dolor es propio de las contracciones uterinas, por lo que debemos relajar esa zona con ayuda de la respiración diafragmática.
- Es necesario, también, bajar el ritmo y permitirte descansar, de lo contrario, el dolor aumentará.
- Mantener la zona de riñones y bajo vientre calientes (cubrir con una mantita y/o poner un saquito o cojín de semillas térmico o bolsa de agua caliente).
- Alivian el malestar algunos remedios naturales como infusiones de hierbas medicinales con propiedades antiespasmódicas, relajantes y analgésicas: manzanilla, romero, melisa, tomillo o rosa…
- Evacuar de forma consciente sin barreras, dejar que fluya…
- Cuando no hay más remedio (jornada laboral inminente…), se puede optar como último recurso por los analgésicos, en cuyo caso, el más indicado es el ibuprofeno ya que reduce las prostaglandinas y, por tanto, el dolor y la cantidad de sangrado menstrual.
Pero recuerda que lo más importante es escuchar tu cuerpo, éste es sabio, igual que la naturaleza, y no olvides que hay muchas más cosas que se pueden hacer para lograr el objetivo de prevenir este malestar, nunca debemos acostumbrarnos al dolor ya que esto perjudica seriamente la salud y la calidad de vida.